Las autoridades libanesas informaron el miércoles de que la gran explosión del pasado día 4 en el puerto de Beirut afectó a 601 edificios históricos de la capital, 70 de los cuales corren el riesgo de derrumbarse.
En rueda de prensa, el ministro de Cultura en funciones del Líbano, Abbas Mortada, detalló que estos edificios históricos, algunos de ellos patrimonio nacional, requieren una “restauración urgente” por lo que serán rehabilitados.
Además, anunció que se ha decidido que no puedan ser vendidos para evitar abusos en los barrios céntricos afectados, una instrucción que el Ministerio de Finanzas ya ha aplicado emitiendo una resolución en la que se prohíben estas transacciones.
La resolución busca “evitar la explotación de la situación actual” en las zonas afectadas por la explosión de Beirut y los alrededores, según indicó la estatal Agencia Nacional de Noticias (ANN).
“Decimos a los dueños de estos edificios que queremos preservar la historia que representan y que en unas semanas empezaremos las obras de rehabilitación (…) y que no toleraremos que ninguna persona quiera comprarlos para derribarlos y construir otros nuevos en el corazón de Beirut”, declaró el ministro.
Además, aseguró que no se permitirá la venta o cualquier otra acción relacionada con estos inmuebles sin el permiso del Ministerio de Cultura, para evitar la “especulación” inmobiliaria y para proteger “el carácter histórico, demográfico y urbanístico de las áreas afectadas”.
El pasado día 4 la deflagración de 2 mil 750 toneladas de nitrato de amonio almacenadas en el puerto de Beirut produjo una explosión de grandes proporciones que ha causado hasta el momento 171 muertos y más de 6 mil heridos.
La Gobernación del Líbano estimó en los primeros días tras la tragedia que alrededor de 250 mil personas se habían quedado sin hogar, una cifra aún no consolidada oficialmente por las autoridades.