“Déjalo ya, sabes que nunca has ido a Venus en un barco” dice el tema del afamado grupo ochentero español, Mecano. Sus canciones son la base del musical Hoy no me puedo levantar (HNMPL) que desde su estreno en España hace 15 años vaya que ha ido a los corazones de muchos fans —probablemente es el musical contemporáneo favorito en habla hispana—. El productor Alejandro Gou lo deja ya con una última temporada titulada Hasta siempre que brilla por su gran producción, pero con una mancuerna protagónica opaca.

Al ser esta la última temporada de HNMPL es imposible no recordar el primer montaje en nuestro país en 2006, el cual mostraba a un Alan Estrada que como dice la canción “siempre está rasgándose la voz” y a una modesta y talentosa Fernanda Castillo. Y es que, en esta nueva producción —dirigida por Lluis Burch y Francisco Barrios—, Yahir en el papel de Mario se siente desconectado y aborda con miedo un texto que, aunque cómico y medio cursi, es profundo al abordar los estragos derivados del postfranquismo, la drogadicción y el VIH entre los jóvenes de los 80. Su lectura es superficial y la interpretación vocal apenas deja ver un poco de su potencial como cantante pop, no como buen principiante de teatro musical.

Para ser francos, en esta temporada de Hoy no me puedo levantar las palmas se las lleva Jesús Zavala, quien demuestra haber adquirido madurez actoral interpretando a un electrizante Colate, personaje que junto a su amigo Mario emprende el viaje de un pequeño poblado a la ciudad de Madrid en busca de cumplir el sueño de formar su propia banda. Rogelio Suárez ha dado todas las funciones de HNMPL y su comedia no solo no falla, es aplaudible, no por nada es uno de los actores de teatro musical, y de corte sexodiverso, favorito.

David Carrillo (Memo) y Dai Liparoti (Patricia) completan los papeles que eclipsan a la pareja de Mario y María, esta última ejecutada por Belinda, cuyo debut en el teatro musical no sorprende puesto que, su actuación está extremadamente ajustada a su personalísimo tono de voz y forma de ser, es como ver a la entregada cantante pop y más nada. Eso sí, como ella “no usa los vestuarios de Televisa”, cuidó hasta el último detalle en cada atuendo que eligió, que junto al vestuario del resto de la obra ahora es más colorido, más brillante y más protagónico.

El ensamble, los arreglos musicales, el excelente diseño de audio y la renovación de la escenografía y ambientación que incluye más pantallas y más efectos, le dan un toque más colorido, más contemporáneo y más divertido al musical que tanta nostalgia ha causado en México y España. No verlo también es un crimen.

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