El Congreso creó en 2014 un impuesto a bebidas azucaradas y comida chatarra para destinarlo a programas de prevención de enfermedades como obesidad y diabetes.

Sin embargo, a ese propó­sito va, a lo sumo, 20% de lo recaudado. El resto va a gas­to general, sin etiquetar. Durante el último semestre, el gobierno otorgó a programas de prevención sólo un peso de cada cinco que obtuvo a través de dicho impuesto.

Datos de Hacienda mues­tran que, de enero a junio de 2020, el gobierno recaudó 23 mil 410 millones de pesos en el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a alimentos y bebidas con alta densidad calórica.

Sin embargo, para el pro­grama de Prevención y Control del Sobrepeso, Obesidad y Diabetes, la Secretaría de Salud (Ssa) erogó sólo 221 millones de pesos en dicho periodo, 0.9% de lo obtenido.

Este porcentaje crece si se incluye el programa presu­puestario Prevención y Con­trol de Enfermedades, que ejercen el IMSS, el ISSSTE y la Ssa, que, en conjunto, eroga­ron cuatro mil 428 millones de pesos en el periodo refe­rido. Con esto, la proporción sube a 19.9% de lo recaudado por el impuesto referido.

Datos de Hacienda mues­tran que, de enero a junio de 2020, el gobierno recaudó 23 mil 410 millones de pesos en el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a alimentos y bebidas con alta densidad calórica.

Sin embargo, para el pro­grama de Prevención y Control del Sobrepeso, Obesidad y Diabetes, la Secretaría de Salud (Ssa) erogó sólo 221 millones de pesos en dicho periodo, 0.9% de lo obtenido.

Este porcentaje crece si se incluye el programa presu­puestario Prevención y Con­trol de Enfermedades, que ejercen el IMSS, el ISSSTE y la Ssa, que, en conjunto, eroga­ron cuatro mil 428 millones de pesos en el periodo referido. Con esto, la proporción sube a 19.9% de lo recaudado por el impuesto referido.

En los inicios del impues­to, entre 2014 y 2015, no se destinaba ni 3.0% de los in­gresos a programas de pre­vención de la salud, por lo que, como revelan datos de Hacienda, el gravamen nun­ca ha sido enfocado directamente a estas estrategias.

INSUFICIENTE

Judith Méndez, investigadora de Finanzas Públicas y Salud del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), explicó a Excélsior que las cifras muestran que clara­mente lo que gasta el gobier­no en prevenir enfermedades es muy bajo, no sólo respecto a la recaudación de impuestos a azucarados y comida cha­tarra, sino respecto al propio costo de prevención en salud.

En promedio, el gasto por persona en prevención es de 390 pesos en el ISSSTE, 113 en la Secretaría de Salud y 98 pesos en el IMSS, aun suman­do programas como vacunación y otras enfermedades como VIH. Pero si estos gas­tos se comparan con lo que cuesta la prevención, vemos que lo más barato es lo que reportaba el Seguro Popular con 406 pesos por persona en las edades de 5-9 años.”

En los inicios del impues­to, entre 2014 y 2015, no se destinaba ni 3.0% de los ingresos a programas de prevención de la salud, por lo que, como revelan datos de Hacienda, el gravamen nunca ha sido enfocado directa­mente a estas estrategias.

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