Siete personas murieron en la capital colombiana y en la ciudad satélite de Soacha, en medio de las violentas protestas contra la brutalidad policial desencadenadas por un vídeo ampliamente difundido que mostraba a un hombre recibiendo repetidas descargas eléctricas con una pistola paralizante antes de morir.
Los dos policías involucrados en la muerte de Javier Ordóñez, de 46 años, fueron suspendidos de sus cargos la espera de las investigaciones en las que deberán afrontar su responsabilidad en forma individual, reiteró el jueves el Gobierno tras las violentas protestas.
El ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, ofreció recompensas de hasta 50 millones de pesos (13 mil 450 dólares), por información que permita identificar y capturar a los implicados en los actos de vandalismo y en la muerte de las siete personas -cinco en Bogotá y dos en Soacha-. Entre los muertos se encuentra un joven de 17 años.
“Aquí lo que estamos es frente a un acto masivo de vandalismo y de violencia”, dijo Trujillo en una conferencia de prensa. “Aquí lo que estamos es frente a la actuación inaceptable desde el punto de vista social y legal de una serie de colombianos que se dedicaron a afectar bienes públicos y a afectar la tranquilidad”.
Más de noventa policías y 55 civiles resultaron heridos, mientras que 56 instalaciones policiales fueron atacadas, incluidas 22 que quedaron destruidas al ser incendiadas por los manifestantes, dijo el director encargado de la Policía Nacional, general Gustavo Moreno.
Adicionalmente, hubo 77 ataques a vehículos de servicio público, 22 de los cuales fueron incendiados en medio de las 26 protestas que se extendieron a otras ciudades como Medellín y Cali, precisó el oficial que reportó 70 personas capturadas.
El presidente Iván Duque anunció que no habrá tolerancia para el abuso de autoridad, mientras que el ministro de Defensa pidió a los colombianos no “estigmatizar” a la policía por la conducta censurable de algunos uniformados.
La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, quien calificó la muerte de Ordóñez como un abuso policial inaceptable y pidió una reforma al interior de esa fuerza, llamó a la calma a los habitantes de la ciudad.
“Destruir a Bogotá no va a restablecer el evidente déficit de legitimidad que hay en la policía y en los cuerpos de seguridad”, declaró la funcionaria.
La policía dijo que Ordóñez estaba consumiendo licor en la calle con algunos amigos en una violación de las normas de distanciamiento vigentes para contener la expansión del coronavirus.