Por Héctor Tapia

Hay tres momentos específicos donde el actual gobierno de Michoacán le ha tocado actuar para prevenir que los problemas escalen a consecuencias mayores.

Han sido problemas que por sus características tienen implicaciones económicas de carácter nacional e internacional, donde Michoacán resultaba el más afectado.

Cierto, el estado enfrenta otra serie de problemas o conflictos que se vienen arrastrando desde hace décadas, y que por sus características la solución no es tan inmediata, como es el de la violencia e inseguridad. Tema donde para resolver de fondo el problema se requieren múltiples acciones, que atiendan desde los orígenes y causas, sin dejar de lado la reacción, donde sin duda todavía queda por avanzar.

Sin embargo, estos tres momentos a los que haré referencia, por sus características, han demandado una intervención ejecutiva, donde pese a los pronósticos y antecedentes, se han logrado acuerdos que destrabaron conflictos que pudieron costar aún más al estado, no sólo en cuanto a pérdidas económicas, sino también en gobernabilidad.

El primero fue la liberación de las vías férreas tras 91 días de bloqueo protagonizado por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de Educación (CNTE).

Este bloqueo había iniciado un par de meses antes de que Silvano Aureoles Conejo dejara constitucionalmente el cargo. La administración pasada se fue adeudando varios meses de quincenas a los trabajadores de la educación, y previo a asumir el cargo constitucionalmente, Alfredo Ramírez Bedolla gestionó que, a partir de recursos extraordinarios, la federación pagara los pendientes que se tenían con el sector educativo.

Este conflicto había asfixiado por tres meses a la empresa Kansas City Southern de México el traslado de mercancías desde el puerto de Lázaro Cárdenas hasta el centro y norte del país, hasta la costa este de los Estados Unidos.

El segundo momento fue la suspensión temporal al permiso de exportación de aguacate michoacano a Estados Unidos, luego de que se denunciaran amenazas en contra de agentes del Servicio de Inspección Sanitaria de Plantas y Animales del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (APHIS-USDA).

En Michoacán hay 49 mil huertas certificadas, en una superficie de mil 712 hectáreas; la industria representa a su vez a 31 mil productores de aguacate y genera más de 300 mil empleos directos e indirectos.

Esto llevó a entablar el diálogo directo con la embajada norteamericana en México y se lograron varios acuerdos para destrabar los problemas que habían llevado a la suspensión de la exportación, con lo que la reactivación se logró apenas unos días después del anuncio de suspensión.

Finalmente, como tercer momento, el más reciente, está la intervención en la mesa de negociación entre la Sección 271 del Sindicato Nacional de Mineros y la firma acerera de ArcelorMittal, donde había estallado la huelga a mediodía de este miércoles.

Si bien desde hace un par de meses habían iniciado los jaloneos y la tensión entre la sección minera y la firma acerera por el reparto de utilidades, el diálogo se rompió y este miércoles definieron colocar las banderas rojinegras en la planta siderúrgica.

Tres horas después, el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, quien se encontraba en Guerrero firmando un convenio de coordinación en materia de seguridad con su homóloga Evelyn Salgado, se trasladó al puerto michoacano para encabezar la mesa de diálogo que se instaló para intentar mediar en este conflicto donde entraron en huelga 3 mil 500 sindicalizados. Finalmente, la huelga duró poco más de 24 horas y los mineros lograron el histórico 10% de reparto de utilidades que pretendían.

La firma acerera tiene en puerta aún la inauguración de la planta laminadora en el puerto michoacano, y es una de las principales generadoras de empleo, como sector privado, de la entidad. Por ello es que la estabilidad laboral, social y económica, no sólo en el complejo, sino en la misma región, resulta primordial.

Como se dijo en su momento, la actual administración desde un inicio ha dejado claro que tiene la intención de allanar el camino para que Michoacán no enfrente escenarios que lleven a “espantar” las grandes inversiones y el desarrollo económico.

Cierto, no es el único problema que enfrenta Michoacán, está, insisto, el de la violencia criminal, particularmente y que lleva su propia ruta de atención, línea de análisis aparte; sin embargo, y así se entiende, para generar condiciones que reviertan la violencia se requiere generar certeza en el desarrollo económico, y en esa ruta, cuando menos, se han dado estos tres momentos que son claves para entender la ruta de la actual administración.

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