El luchador iraní Navid Afkari ha sido ejecutado por el Gobierno de su país este sábado, a pesar de la campaña internacional que se había puesto en marcha desde distintos ámbitos pidiendo clemencia para él. Afkari perdió la vida en la horca de la prisión de Adel Abad en Shiraz, donde se encontraba encarcelado desde que fue detenido en 2018 por participar en las protestas contra el gobierno iraní y acusado de asesinar a un funcionario durante dichas manifestaciones, cargo por el que fue condenado a pena de muerte a pesar de defender su inocencia.

Numerosos organismos internacionales y de derechos humanos llevaban tiempo denunciando que dicha acusación se había producido de manera ilícita y que se trataba de una condena política.

A pesar de no ser un deportista muy conocido a nivel internacional, su historia había trascendido fronteras y se hizo viral en Twitter con la etiqueta “no ejecutéis” . El presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, la Federación Internacional de fútbol (FIFA), el presidente de la UFC Dana White e incluso Donald Trump, presidente de Estados Unidos, habían solicitado que no se ejecutase su sentencia.

“Escuchar que Irán está buscando ejecutar a una gran y popular estrella de la lucha libre, Navid Afkarai, de 27 años, cuyo único acto fue una manifestación contra el gobierno en las calles. Estaban protestando por el “empeoramiento de la situación económica y la inflación del país”, escribió el pasado 3 de marzo en su perfil de Twitter, el medio preferido del mandatario estadounidense para comentar la actualidad. “A los líderes de Irán, les agradecería mucho que perdonaran la vida de este joven y no lo ejecutaran. Gracias”, añadió.

Un día después del mensaje de Trump, la televisión estatal iraní emitió un vídeo de 11 minutos en el que Afkari confesaba haber apuñalado dos veces a la víctima, una confesión que fue puesta en entredicho por organizaciones humanitarias como Human Rights Wacht, que denunciaron que se había obtenido bajo torturas. De hecho, la grabación recordaba a cientos de otras supuestas confesiones coaccionadas en el país en los últimos años.

En una grabación de audio, sacada secretamente de la cárcel donde estaba detenido, el luchador reconocía haber sido torturado y forzado a confesar un crimen que no habría cometido.

Amnistía Internacional recuerda “el historial de las autoridades iraníes de llevar a cabo ejecuciones secretas después de trasladar a personas fuera de sus lugares habituales de detención y de negarse a proporcionar a sus familias información sobre su suerte y paradero”. El 3 de septiembre de 2020, Navid Afkari fue trasladado del pabellón general por las autoridades penitenciarias a un lugar no revelado. El traslado se produjo después de que una grabación de voz de Afkari pidiendo ayuda a la comunidad internacional se difundiera en los medios sociales, provocando una protesta mundial.

Al conocer la ejecución, el COI se ha mostrado “impactado” en un comunicado. “La ejecución del luchador Navid Afkari en Irán es una noticia muy triste. El COI está impactado por este anuncio de hoy”, señala el comunicado que destaca que Thomas Bach hizo “llamamientos personales directos al líder supremo y al presidente de Irán esta semana y pidió misericordia para Navid Afkari, respetando la soberanía de la República Islámica de Irán. Es profundamente perturbador que las súplicas de los atletas de todo el mundo y todo el trabajo detrás de la escena del COI, junto con el CON de Irán, la Federación Mundial de lucha y la Federación Nacional de Lucha Libre de Irán, no hayan logrado nuestro objetivo. Nuestros pensamientos están con la familia y los amigos de Navid Afkari”, agrega.

El joven de 27 años, que destacó a nivel local en la lucha grecorromana y que fue subcampeón iraní, fue ejecutado en una prisión de Shiraz “esta mañana, después de que se llevaran a cabo los procedimientos legales a instancias de los padres y la familia de la víctima”, según el jefe del departamento de justicia de la provincia meridional de Fars al que citan varios medios internacionales.

Afkari había sido condenado a muerte en relación con el asesinato del agente de seguridad del departamento de agua y alcantarillado del gobierno iraní, Hasan Turkman, durante las protestas por la mala situación económica en Irán y la devaluación de la moneda nacional, que fueron reprimidas por las autoridades en agosto de 2018 en Shiraz .

El 15 de octubre de 2019, la Sala 1 del Tribunal Penal de Shiraz condenó a Afkari a la pena de muerte. Sus hermanos Vahid y Habib fueron sentenciados a 54 y 27 años de cárcel, respectivamente. Según la organización humanitaria International Observatory, los tres recibieron 74 azotes.

El 25 de abril de 2020, la Sección 32 de la Corte Suprema confirmó la sentencia y el tribunal desestimó la acusación de tortura, citando una declaración de Navid en la que dijo en presencia de un abogado que no había sido torturado y que no necesitaba ver a un médico forense.

Sin embargo, el 13 de septiembre de 2019, en una carta manuscrita, Navid detalló la tortura que decía haber experimentado en dos centros de detención de Shiraz. Incluía golpes en las piernas, las manos y el abdomen con una porra o un palo, verterle alcohol en la nariz y taparle la cabeza con una bolsa de plástico hasta el punto de asfixiarse.

La Asociación Mundial de Jugadores, que representa a 85.000 atletas profesionales, había protestado por la sentencia y pedido que se amenazara a Irán con la expulsión del deporte internacional, incluido el movimiento olímpico, si se llevaba a cabo la ejecución.

“Navid fue uno de los miles de ciudadanos iraníes que participaron en las manifestaciones espontáneas de ese año contra las dificultades económicas y la represión política en el Irán”, según una declaración de la AMP. “Sin embargo, ha sido injustamente atacado por las autoridades iraníes que quieren hacer un ejemplo de un deportista popular y de alto perfil e intimidar a otros que podrían atreverse a ejercer su derecho humano a participar en una protesta pacífica”.

Los grupos y activistas de derechos humanos creen que las autoridades iraníes lo han tomado injustamente como objetivo para intimidar a otras personas que podrían optar por participar en protestas pacíficas. Es probable que su muerte provoque llamamientos para que Irán se enfrente a sanciones del Comité Olímpico Internacional (COI) y otras organizaciones deportivas.

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