La etapa 17 del Tour de Francia fue una jornada agridulce para el ciclismo colombiano. Por un lado Egan Bernal, campeón defensor de la ronda gala, se retiró de la competencia, pero por el otro Miguel Ángel «Supermán» López reclamó el segundo triunfo de etapa para su país en esta edición.
La etapa entre Grenoble Y Méribel Col de la Loze era la considerada reina de esta edición con final en alta montaña y un puerto fuera de categoría con un recorrido de 170 kilómetros.
Pero, ayer, aunque le hubiesen lanzado kryptonita sobre el empinado asfalto del col de la Loz, Miguel Ángel López estaba llamado a inscribir su nombre en una cima que ha entrado por sí sola y a la primera en la gran historia del Tour para mayor honra también de un ciclista llamado Primoz Roglic, decidido, valiente y perfectamente protegido por un Jumbo convertido en el dream team del Tour 2020, que el domingo salvo una sorpresa tan monumental como que la Tierra dejase de girar llegará vestido de amarillo a los Campos Elíseos de París.
No resulta habitual en los Alpes, en la larga y sensacional historia del Tour, ver a los líderes de la carrera pedalear a 10 o 12 kilómetros por hora, mucho más de la mitad de la velocidad media que suelen emplear en un puerto de categoría especial. Pero el col de la Loze no era especial, sino lo siguiente una encerrona en toda regla, tan duro, tan complicado que ya puede ganarse el apodo del Emperador alpino, el lugar que consagró a Superman e hizo grande a Roglic. El esloveno no pasará por ser el corredor más simpático y abierto del pelotón pero ya es digno de ganar el Tour y por la puerta grande.
No fue el día de un Tadej Pogacar que esta vez no pudo con su paisano Roglic, pero qué se le puede exigir a un chaval de 21 años que ha debutado en el Tour, que llegará a buen seguro segundo a París y que ganará la clasificación de los más jóvenes, por eso viste de blanco, y probablemente también llegará a los Campos Elíseos como mejor escalador del Tour.